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Los asistentes de voz han dado un gran salto en los últimos años. Cortana, Alexa, Siri y el Asistente de Google son capaces de entender una petición casi en el 100% de los casos. Pero esto no significa que puedan ejecutarla o que sean capaces de dar una respuesta satisfactoria. Aunque son una de las tecnologías que más han innovado en la historia reciente, siguen estando en permanente desarrollo y aún hay mucho terreno por conquistar. Mientras tanto, tenemos las pantallas y aplicaciones móviles.

Es probable que en el futuro hablemos con las máquinas de forma natural como en las películas; pero, de momento, los cuatro asistentes que mencionábamos no hacen lo que les pedimos en un 36,6%, 27,5%, 25,4% y 12,1% de las veces, respectivamente. Aunque sí mejoran con el tiempo. Frente a la tecnología oral, el control sobre pantalla vía app, como ocurre con la aplicación móvil SPC IoT, presenta mucha más estabilidad. Así han avanzado los asistentes de voz, y estos son sus límites.

Lo que han logrado los asistentes de voz

Con una tasa de “fallo” del 12,1%, el Asistente de Google entiende casi todo lo que le solicitan los usuarios y acierta en un 87,9% , según un estudio de Loup Ventures. Al igual que ocurre con otras tecnologías basadas en inteligencia artificial, como es la traducción de texto entre dos idiomas, sabemos que este porcentaje de acierto seguirá subiendo de forma paulatina mientras va agregando funciones de voz y conectándose a más dispositivos.

A los asistentes ya podemos pedirles que envíen contenido a otro dispositivo, que ejecuten “aplicaciones” como las actions en Google y las skills en Alexa, que nos ayuden durante las compras web o que nos den indicaciones para llegar a algún lugar.

Aunque aún les queda mucha evolución por delante, y no cabe duda que tienen que mejorar y trabajar en su usabilidad, lo cierto es que son un logro importante y suponen una forma natural de comunicarnos. A fin de cuentas, las personas hablamos entre nosotros.

“Ok Google, quiero ver una película”

Una estrategia inteligente que han adoptado los desarrolladores de asistentes ha sido abrir suficientemente sus servicios para que otros productos busquen integrar su tecnología con ellos. Podemos encontrar en el mercado televisores con Asistente de Google, con Alexa o con Bixby, entre otros asistentes.

Y las funciones que incorporan las ejecutan bastante bien. Como “Ok Google, quiero ver una película” en cierto fabricante de televisores, que ejecutará la orden y mostrará una lista en diferentes servicios conectados como pueden ser HBO o Netflix, por ejemplo. También son capaces de informarnos en tiempo real y correctamente del clima, o programar apagados. Sin embargo…

La importancia de visualizar información

Los humanos hemos evolucionado comunicándonos de forma oral y, sin embargo, tenemos muy potenciado el campo de procesamiento visual del cerebro. Se nos da mejor entender información visual que oral, quizá por el hecho de que la primera se puede mostrar completa y al instante (un cuadro de control) mientras que la otra requiere cierto tiempo de ocupación del oído (esperar a que se termine una frase). Pongamos un ejemplo.

En las vista de arriba, de la aplicación SPC IoT, programamos un dispositivo de control por infrarrojos para que encienda la máquina de clima cuando el día esté lluvioso y la temperatura baje de 23ºC. Podemos comprobar cómo la información que necesitamos para programar de forma intuitiva el dispositivo está siempre presente en pantalla. No desaparece ni tenemos que esperar a ver más opciones. Operando por voz el procedimiento sería mucho más farragoso:

¿Qué quieres hacer?

— Configurar un disparador.

¿Según temperatura, humedad, clima, amanecer/puesta de Sol, programación o dispositivo?

— 😅

Para poder configurar un dispositivo mediante voz tenemos que esperar, como si de una encuesta telefónica se tratase, a que aparezca la opción que estamos buscando. De ahí que los asistentes de voz sean tan útiles para personas con baja visibilidad pero tan frustrantes en algunas aplicaciones. Asistentes y apps tienen, cada uno, un ámbito de aplicación al que se ajustan bien.

A través de una aplicación tendremos las opciones más a mano y podremos configurar nuestra domótica de una forma más rápida. Y a las imágenes de arriba podemos agregar, además, que la misma mirada al móvil nos aporta información como qué aplicaciones están funcionando en segundo plano, si tenemos o no red, la hora, o si se ha programado alguna alarma. De momento, los asistentes se quedan cortos al mostrar información.

Limpiar la casa y poner la lavadora, desde el trabajo

El ejemplo que hemos visto arriba sobre configurar un dispositivo en base a dos disparadores como son la temperatura o el clima es solo una posibilidad actual con aplicaciones de gestión de dispositivos como la mencionada SPC IoT. Dejamos, para que conste, algunas posibilidades extra de disparo que, de momento, los asistentes no tienen:

  • Activar si amanece y hace fresco. Ideal para persianas automatizadas que trabajen desde IFTTT.
  • Activar a la 1:00 si la humedad es baja, para programar lavasecadoras a horas en las que la luz sale más barata. Bastará con incorporar un enchufe inteligente como el Clever Plug de SPC.
  • Activar cuando nos alejamos 500 m de casa, para pasar la aspiradora cuando vayamos al gimnasio.

Aunque lo cierto es que no es necesario configurar uno de estos disparadores para disfrutar de una vivienda domotizada. Estos sirven para delegar tareas a la tecnología, pero también contamos con la posibilidad de controlar en tiempo real qué hacen nuestros dispositivos.

Podremos, por poner otro ejemplo, echar un vistazo a la webcam de la vivienda cuando estemos de vacaciones para asegurarnos de que todo está bien en el hogar. Y, si no vamos a tener acceso WiFi o datos también podemos programar las luces para que simulen actividad en casa y sirva de elemento disuasorio. Posibilidades hay, y una de ellas es que asistentes y apps trabajen juntos.

Asistentes y aplicaciones, trabajando juntos

Hemos comentado que la tecnología de asistentes de voz está aún en desarrollo, y a lo largo del artículo hemos mostrado algunas ventajas de aplicaciones visuales frente a estos. Sin embargo, los asistentes tienen también ámbitos de aplicación interesantes. Por ejemplo cuando tenemos las manos ocupadas: cocinando, yendo al volante, en el gimnasio, etc., son excepcionalmente útiles.

Es por eso que la aplicación SPC IoT permite la conexión con Alexa y el Asistente de Google, además de con IFTTT, para que podamos aprovechar aquellos segmentos en los que los asistentes por voz pueden superar al control por pantalla. Por ejemplo, cuando estamos conduciendo o si tenemos las manos ocupadas en la cocina, por mencionar un par de situaciones, pero seguro que en tu día a día se te ocurren un buen puñado más. Sobre combinar IFTTT con esta tecnología, este artículo puede ayudar. Básicamente es una forma de programar sin necesidad de saber nada de código y la propia app de SPC IoT es compatible con este servicio.

La domótica cada vez tiene más peso en nuestra vivienda, y el mercado compite con sus altavoces inteligentes y asistentes tratando de abrirse camino en pos de nuestros datos. Pero, ¿y si no tuviésemos que elegir? ¿Y si pudiésemos tenerlo todo con aplicaciones como de la que hemos hablado?

Imágenes | iStock/nathaphatiStock/odyphotoiStock/shironosovGilles Lambert